Lo mejor de saber cómo hacer caramelo líquido es que podés prepararlo y conservarlo en heladera para acompañar flanes o postres sin TACC.
A diferencia del caramelo clásico que se hace en el momento, el caramelo líquido puede guardarse y usarse para decorar, endulzar o caramelizar postres.
Para prepararlo necesitás solamente 2 ingredientes, y si bien es un proceso simple, tenés que tener cuidado al momento de prepararlo para evitar quemarte.
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Receta de caramelo líquido sin gluten: ideal para usar en todo tipo de postres

¿Qué necesitás para hacer caramelo líquido?
- 100 gr azúcar
- 75 cc agua caliente
¿Cómo se prepara el caramelo líquido?
Paso 1
Lo primero que tenés que hacer es poner a hervir agua. Tené en cuenta que para hacer el caramelo líquido vas a necesitar 75 cc de agua caliente, y que es importante que recién peses o midas el agua cuando ya tenga la temperatura ideal y no antes, ya que el agua a medida que se calienta se evapora y, si ponés a calentar 75 cc de agua a temperatura ambiente vas a tener menos cantidad de agua caliente.
En simultáneo vas a colocar el azúcar en una cacerola o recipiente apto para llevar a fuego directo.
Procurá que la cacerola esté limpia y completamente seca al momento de colocar el azúcar.
Paso 2
Llevá a fuego bajo la cacerola. No es necesario que mezcles el azúcar, al contrario. Es preferible no tocar ni remover para evitar que el caramelo se arruine.
Conforme pase el tiempo vas a ver que el azúcar comienza a derretirse y a cambiar de color. Lentamente se va formando un caramelo.
A este tipo de caramelo se le conoce como caramelo en seco. Es el caramelo que parte sólo de azúcar, sin ningún agregado. A medida que el calor funde el azúcar, el caramelo comienza a formarse y puede llevarse hasta el punto de color que más se desee de acuerdo a gusto personal.
Paso 3
Cuando tengas el punto del caramelo que te gusta vas a apartar del fuego y, con mucho cuidado, vas a agregar el agua caliente. Procurá tener cuidado en este paso porque al agregar el agua es posible que el caramelo salpique.
Devolvé la cacerola a fuego bajo y, con la ayuda de algún utensilio de cocina, revolvé hasta que el agua se integre y los trozos de caramelo se disuelvan completamente.
Cuando el caramelo se integre completamente con el agua, apagá el fuego y dejá enfriar.
Una vez que el caramelo esté frío podés guardarlo en un recipiente con tapa y conservarlo en la heladera hasta que lo necesites.
Este caramelo te va a servir para acaramelar moldes, para bañar postres, para acompañar flanes e incluso para preparar distintas recetas sin gluten, como por ejemplo la tan clásica leche asada.